Si te encuentras en Madrid, no hagas planes. Acércate al espacio promoción Tabacalera y disfruta de la obra de José Manuel Ballester. Sinceramente, MUY BUENA.
El espacio Tabacalera, "Espacio promoción del Arte del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte", que se encuentra en la antigua Fábrica de Tabacos de Madrid, es gestionado desde 2003 por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
En la actualidad, tras proyectarse en 2007 como Centro Nacional de las Artes Visuales, una de las áreas (Tabacalera, espacio Promoción del Arte) desarrolla un programa permanente de exposiciones temporales y de actividades en torno a la fotografía, el arte contemporáneo y las artes visuales.
Con motivo de la concesión a José Manuel Ballester del Premio Nacional de Fotografía 2010, se expone en el espacio Tabacalera una selección de obras que muestran un extenso relato de su trayectoria a lo largo de los últimos ocho años.
En la obra de José Manuel Ballester hay tres elementos que son su leitmotiv: el tiempo, la luz y el espacio, que muestran la frontera entre dos lenguajes aparentemente opuestos pero interrelacionados entre sí, como son la abstracción y la figuración.
La exposición muestra un conjunto de obras unidas por un sutil hilo conductor: la utilización del objetivo como testigo para registrar, matizar e interrogar la actualidad y el progreso.
Además, Ballester posee una capacidad analítica y descriptiva que convierte en únicas las fotografías que produce y que nos inducen a entrar en un mundo propio que oscila entre ficción y realidad.
Entre las series que se muestran en esta exposición retrospectiva encontramos una selección de los Espacios Ocultos, una serie de imágenes en las que el artista hace una relectura de obras maestras de la pintura italiana del Renacimiento. En estas imágenes, transformadas en fotografías, Ballester nos desvela los espacios que permanecen ocultos en el cuadro, al sacar de ellos a los personajes que los pueblan.
De hecho, La Última Cena se adueña del patio de la Tabacalera para recibir al visitante ante su mesa desierta.
En esta fotografía el artista coloca al espectador ante el mismo escenario que pintó Leonardo da Vinci, aunque aquí la estancia aparece completamente vacía, sin los apóstoles, incidiendo en uno de los temas claves que el artista desarrolla en esta serie de fotografías: la presencia ausente.
Otras series nos muestran grandes Espacios Paisajísticos de diversos lugares del mundo:
En los temas de Naturaleza que Ballester fotografía se ofrece al público la posibilidad de reflexionar sobre la belleza y serenidad del paisaje. Artistas como él tienen una forma especial de definir la belleza, prolongando la sensación de que la imagen no tiene límites.
Sin embargo, parece que la obra de este autor se ha ceñido durante estos últimos años al mundo Urbano, centrándose en aquellos lugares donde se han experimentado grandes cambios sociales y económicos e incluso políticos, como son los ejemplos de China y Brasil, países a los que ha dedicado el mayor esfuerzo.
Además, dentro de este universo urbano de José Manuel Ballester, cobran gran importancia las series de naves industriales, presentadas como el lugar desde el que se contempla tanto el pasado como el futuro.
Por otro lado, una de las series más extensas que el visitante encontrará es la serie de arquitectura de museos.
A José Manuel Ballester le interesan los espacios de fricción entre la arquitectura y la ciudad, entre la pintura y la fotografía, entre lo «artificial» y lo «natural»; es ahí donde se generan muchos de sus trabajos fotográficos.
Además, el color se convierte en la fuerza estética que dirige la obra de este artista, algo importante y básico.
José Manuel Ballester nos habla de algo que va más allá de las estructuras representadas en sus fotografías; habla de modernidad, de memoria, del pasado, del presente y del futuro. Su trabajo es metafórico y visionario; sus imágenes son enigmáticas y bellas, abiertas e impenetrables.
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