ART MADRID
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VIRXILIO VIEITEZ

12.5.13
"Yo estudiaba la papeleta y, cuando apretaba el disparador, eso era el tiro seguro" (Virxilio Vieitez)


He de reconocer que acudí a la exposición sin demasiadas expectativas. Error. Menos mal que el ser humano casi siempre se equivoca. 
La retrospectiva de la obra del fotógrafo gallego me cautivó. La muestra, coproducida por Fundación Telefónica y el MARCO de Vigo, está formada por más de 250 fotografías en color y B/N. 


Un fotógrafo que sabía, o mejor dicho sentía, que era el mejor en su oficio, pero que no se consideraba a sí mismo como autor, y que desde luego no imaginaba que, después de 50 años, se habría reconocido en su producción el valor "autorial" y artístico. 


Un fotógrafo con una habilidad única para hacer rotundas, solemnes e intensas las imágenes cotidianas, carentes de todo artificio. Si bien es verdad que la mayoría de su trabajo se caracteriza por las posturas hieráticas de los retratados, la rígida frontalidad en el posado y sus miradas intensas.


Virxilio Vieitez siempre realizó sus fotografías por encargo, recorriendo Terra de Montes a lo largo y ancho para fotografiar a sus clientes a domicilio. Su obra reúne todas las características del fotógrafo rural que documentaba acontecimientos y momentos vitales de las personas y familias de su entorno- desde bautizos hasta bodas, primeras comuniones o funerales- pero, a diferencia de otros, tenía un talento especial para conferir solemnidad a cada uno de los retratos que realizaba. Su estilo era inconfundible. 







Su papel de fotógrafo de pueblo de aquellos tiempos- de finales de los años cincuenta a los setenta- gozaba de gran prestigio y encajaba perfectamente en el carácter de un personaje especial como Vieitez: inteligente, rápido, competente, instintivo y consciente de sus facultades. 


De los primeros retratos de estudio a los que ambientaba al aire libre, sus preferidos; 













de los reportajes de ceremonias a las fotos de tamaño carné para el DNI- una sucesión interminable de rostros, inmortalizados durante los años en que se hizo obligatorio el carné de identidad- 



y hasta los retratos para enviar a los muchos familiares emigrados


Un conjunto de imágenes que ofrece hoy un excelente testimonio etnográfico, que se convierte en memoria de un pueblo y de una época.


Para esta antológica se han revisado más de 50.000 negativos, fechados entre 1953 y 1980, pertenecientes al archivo personal del fotógrafo que conserva su hija, Keta Vieitez. Se ha recuperado material desconocido hasta el momento, como cajas selladas y latas con metros de película jamás positivada tras su primer uso, es decir, tras el encargo del cliente del momento.
Además, se cuenta con material original del  estudio de Vieitez: vintages de la época, cámaras, películas, objetos personales del fotógrafo, sellos, etc; y se proyecta el documental: "Virxilio Vieitez. Más allá  del oficio", producido por López-Li FILMS.

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